Fue, a la hora de las hadas, las que agitan
con sus alas, en la noche misteriosa, las oscuras horas sin luz. En un lugar
tenebroso, donde brincan disfrazados vampiros, momias y espectros pegajosos, en
un desfile sin fin.
También habían brujas malvadas, esas
indecentes verrugosas que asustan con sus feas caras y hacen vudú. Se mezclan
disimuladas entre personas con disfraz, cometiendo actos del mal y en vez de volar con alas, utilizan
escobas de bambú.
Salio Casilda con su hermano, lo llevaba de la
mano, disfrazo de esqueleto, con huesos brillantes como la luz, que causaban
mucho respeto. Ella era más presumida y vestía de hada madrina, con un vestido
de rosado tul.
De pronto, una bruja maliciosa con risa poco
común y con figura escabrosa que daba un miedo atroz, dio un giro inesperado,
sin saber como y por qué, con un golpe muy certero... «ZAS» Arrancó cruelmente el brazo de Josue.
El pobre niño gritaba y lloraba angustiosamente. La sangre corría a raudales por su disfraz y con su otra mano, se aferró al traje rosado de Casilda y el
vaporoso velo, se quebró al trasluz.
Fue, una de las hadas, la más pequeña de todas,
la que halló sumido a Josué en un llanto aterrador. Cogió el brazo del niño, con mimo, abracadabra, mucho cariño y lo colocó en su lugar.
Le pregunto a la niña, pero ella no supo contestar. Interrogó a las arpías, esas con rostro de mujer y cuerpo de ave rapiña y no dio con la que fue. Pero cuando llegó a la bruja malandrina, que estaba apartada riéndose a carcajadas en una de las esquina, con mirada ensangrentada y risotadas asesinas, le preguntó si ella fue.
–NO- Gritó la muy embustera.
Le pregunto a la niña, pero ella no supo contestar. Interrogó a las arpías, esas con rostro de mujer y cuerpo de ave rapiña y no dio con la que fue. Pero cuando llegó a la bruja malandrina, que estaba apartada riéndose a carcajadas en una de las esquina, con mirada ensangrentada y risotadas asesinas, le preguntó si ella fue.
–NO- Gritó la muy embustera.
Pero el
hada virtuosa era bastante astuta y entonces…Descubrió el pastel.
Cogió a la bruja asquerosa, en un renuncio
falaz y tirando del disfraz vio que no se despegaba, que era bruja de
verdad.
Tiró de su escoba, con una fuerza mordaz,
aleteo sus alitas y salpicándola de estrellitas, la envió de un empellón, al
mas oscuro rincón que te puedas imaginar, donde cumplen castigos las brujas
malas, esas con verrugas peludas, nariz muy afiladas y uñas de caracol.
Fue allí, en un lugar tenebroso, a la hora de
las hadas, las que agitan con sus alas en la noche misteriosas, las oscuras
horas sin luz, donde brincan disfrazados, vampiros, momias y espectros
pegajosos en un desfile sin fin.
Autora Margary Gamboa.
Autora Margary Gamboa.
Aiiiiihhh q no me esperaba toda esa sangre jijiji Pobre niño :) un cuento para no dormir, chachi :)
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